Viven asociadas a organismos como bacterias y hongos obteniendo un beneficio mutuo. Existen dos tipos de relación:
- Rizobios. Es una relación entre una planta y bacterias fijadoras de nitrógeno.
Las bacterias penetran en la raíz a través de los pelos radicales, en cuyo interior forman un filamento de infección. Llegan al parénquima donde se multiplican, penetran en el interior de sus células y forman unos bultos llamados nódulos radiculares.
Las plantas se benefician de esta relación puesto que las bacterias fijan el nitrógeno atmosférico y los convierten en amoníaco, compuesto que las plantas si pueden utilizar, mientras que las bacterias se alimentan de los compuestos orgánicos sintetizados por la planta.
- Micorrizas. Las micorrizas están generalizadas en el reino vegetal; se trata de una simbiosis entre las raíces de las plantas y ciertos hongos, de manera que la planta proporciona compuestos orgánicos y, a cambio, el hongo, por medio de su hifas, aumenta en las raíces la superficie de absorción de agua y sales minerales.
PLANTAS PARÁSITAS.
Viven a expensas de otra planta, de la que obtienen los nutrientes necesarios para supervivencia.
- Fotosintéticas. Succionan el agua y las sales minerales del árbol que luego transformarán en savia elaborada.
- No fotosintéticas. Carecen de clorofila, su nutrición es heterótrofa y succionan la savia elaborada directamente del floema de la planta parasitada por medio de haustorios.
PLANTAS CARNÍVORAS.
Son plantas fotosintéticas que obtienen una parte del nitrógeno y de las sales minerales necesarios de insectos y de otros animales pequeños.
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